Sagrado es el amor que nos ha
unido aquí, a los que oímos del
Señor la voz que lla a sí.
A nuestro buen Jesús rogamos con
fervor: que alúmbremos la misma
luz, nos una el mismo amor.
Nos vamos a separar, mas nuestra
firme unión jamás podrase
quebrantar por la separación.
Nos hemos de encontrar en
celestial reunión; que nadie haya de
faltar en la eterna Sion.